Si tuviéramos que definir el concepto de Fashion Sharing podríamos decir que es la moda alquilable. Podría explicarse como una tendencia por la que una empresa o un particular pone en alquiler un vestido u otro tipo de prenda de vestir y cualquier persona puede alquilarlo por unas horas o varios días.
¿Qué tipo de productos se suelen alquilar? Normalmente se trata de prendas de vestir por las que sería poco probable que pagásemos su precio original pero sí que pagásemos algo menos para disfrutarlas unas horas, es decir, la ropa de lujo, de grandes modistos, importantes firmas y marcas y cuyo valor en las tiendas es muy alto.
Gracias a empresas dedicadas al Fashion Sharing podemos tener un caro vestido por un precio inferior al de venta al público. En los últimos años se han desarrollado aplicaciones móviles que permiten seleccionar la ropa para alquilar entre centenares de opciones, aplicando filtros de tallas, colores, marcas, etc. Basta con decantarnos por un vestido, facilitar nuestros datos de pago y nos llegará a casa en pocos días.
Alquiler de ropa para cuidar el medio ambiente
Estamos ante una tendencia que aboga por el consumo de bajo coste además de una práctica de slow fashion, ya que el consumidor no llena sus armarios de ropa barata que quizá se vista una o dos veces y la deje olvidada. Las prendas de Fashion Sharing se usan y se devuelven. La empresa lava las prendas y de nuevo las vuelve a poner a disposición de nuevos y viejos clientes.
La slow fashion aboga por el cuidado del medio ambiente ya que rechaza la práctica de consumo compulsivo de ropa en las tiendas. El Fashion Sharing también es conocido como Fashion Renting. Una de las empresas más populares en este sector es Rent the Runaway, que acumula millones de clientes y una colección de productos de alquiler que supera los 200.000 productos.