La digitalización forma parte de muchos sectores profesionales, también en el de la moda. Para la industria dedicada a las prendas de vestir tiene gran importancia el comercio, tanto físico en tiendas como a través de internet.
Por norma general, cada prenda lleva asociado un número de serie que la identifica con todas sus características de talla, color, fabricante, diseñador, fecha de creación, etc. Así las empresas saben cómo, cuándo y dónde se fabricó una camisa, unos zapatos o un abrigo.
Gracias a los números de serie y los códigos de barras, la marca conoce todos los datos de la prenda para así poder controlar y retirar las colecciones por si hay algún fallo de diseño u otro problema asociado.
Los consumidores solamente suelen ver en el etiquetado la información general y no todo el conjunto de detalles. Lo normal es saber el tallaje y el país en el que fue fabricado. Pero, ¿qué ocurriría si todas las prendas de vestir que hay en nuestros armarios tuvieran una etiqueta con un código QR?
El código QR para ropa
Actualmente los códigos QR suelen incorporarse en muchos productos de todo tipo para realizar una promoción especial o para que los consumidores se dirijan a un sitio web determinado. Esto ayuda a ampliar información sobre la marca pero la acción suele quedarse ahí.
Muchos productos suelen tener el código QR en su embalaje y las empresas esperan que el consumidor lo escanee con su teléfono móvil. En la etiqueta no suelen llevar ningún mensaje asociado que llame la atención de la persona.
Todas las marcas de moda deberían comenzar a incluir en sus productos una etiqueta con un código QR que al escanearlo con el smartphone llevase al consumidor a un sitio web con imágenes y vídeos en los que se explique la trazabilidad de la prenda. ¿De dónde surge el tejido?, ¿cómo se trabaja?, ¿en qué país se fabrica?, ¿cómo llega las tiendas?, ¿cómo lavarlo para que tenga mayor durabilidad?, ¿en qué medida mejora la sostenibilidad?
A todas estas preguntas y otras debería dar respuesta la marca mediante un código QR. Así las empresas potenciarán sus estrategias de responsabilidad social corporativa y serán más transparentes ante los consumidores y toda la sociedad.